EN LA OSCURIDAD.
En ese lugar que desde tiempos de la escritura llaman infierno, un ex-rico reflexiona junto a un pobre.
EX-RICO. Brinqué una página de aquel libro…Estoy aquí de ensueño. Poco me acuerdo del sentir de la luz. ¿Acaso te ocurre lo mismo?
POBRE. Nunca supe lo que la luz era.
EX-RICO. Bajé de caída.
POBRE. Yo siempre…. Abajo. Nací así, así llegué aquí.
EX-RICO. No sabes el sentir caminar sobre nubes…. Haber volado como águila y con águilas. Ahora, ¿qué soy?
POBRE. Un murciélago más.
EX-RICO. Sí.
POBRE. Pero. ¿Qué pasa? ¿Nunca fuiste capaz de entender la arbitrariedad del lugar y su conformidad intrínseca? La que consume y fusiona lo peor de los mundos…
EX-RICO. Siempre la entendí.
POBRE. Entonces, ¿qué página te faltó leer?
EX-RICO. Me faltó leer la página que debe decir que no había nada absoluto en aquel mundo, y que quizás en algún tiempo impredecible, pudiera estar yo… Hablando con alguien….
POBRE. ¡Con alguien…. como yo! Pues, no es que no hayas leído la página. Es que la ignoraste toda tu vida, amigo mío.
POBRE. Nunca leí nada. Soy un libro. Escribí mi vida, nadie me guió, nadie me ofreció alguno. No añoro. Siempre seguí adelante… y siempre fui….
POBRE. No. Vete solo. Al momento de llegar, voltearás otra vez… te darán otro libro y me olvidarás. Un día compañero….. volverás a ser águila. Yo… seguiré siendo lo que soy.

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